Por trabas, el trazado de línea
Sogamoso ha variado un 50%
Fecha: 12/Feb/2024
Fuente:https://www.portafolio.co/
La Unidad de Planeación Minero Energética (UPME) licitó en 2014 la línea de transmisión Sogamoso, que robustecería el sistema eléctrico en Cundinamarca, Boyacá y Meta. Sin embargo, 10 años después aún no ha iniciado a operar. La infraestructura eléctrica, que cuenta con un total de 383 kilómetros, ha enfrentado serios problemas para licenciar los tramos y oposición por parte de comunidades que temen por los perjuicios ambientales que pueda tener el paso de los cables de alta tensión.
Si bien Enlaza, filial de Grupo Energía Bogotá (GEB), ha hecho acercamientos, hay zonas en las que no ha podido obtener el visto bueno, lo que ya ha generado impactos en esta zona. Una de las primeras restricciones que ha tenido es que se les nieguen permisos de construcción a grandes industrias de la región.
Fredy Zuleta, gerente de la compañía, explicó que otra consecuencia es que los consumidores están pagando una energía más costosa, puesto que no se puede utilizar la más eficiente en precio, sino la disponible. Esto genera una vulnerabilidad en el mediano plazo: la posible desatención de la demanda en la región oriental. Aldemar garay, gerente del proyecto, expuso que estas restricciones pueden tener efectos notorios en la zona para el año 2026.
Vale la pena resaltar que el crecimiento estimado en la demanda para la zona oriental es de 3,5% anual, y el consumo máximo que se da en un día del año en el área, la cual incluye Bogotá, Cundinamarca y Meta, es de 2.905 megavatios. Teniendo eso en cuenta y el crecimiento, es importante para la región tener más puntos de ingreso de energía en el futuro. Según la empresa, la fecha esperada de ingreso en operación es para 2025, con lo que las situaciones más críticas se podrían evitar.
Para lograr esto ya se han construido 221 torres de las 854 que requerirá el proyecto. A esto se suma que la empresa construirá la subestación Norte, que se reubicó para quedar en Sesquilé; además las subestaciones Nueva Esperanza, en Soacha y Sogamoso, deberán ser ampliadas para adaptarse a la nueva capacidad.
Las demás torres están habilitadas para construirse (232) y en modificaciones de la licencia ambiental u otras restricciones hay 401. Garay dijo que estos cambios en la licencia obedecen a que el trazado original ha tenido al menos movimiento en 50% del original y se requieren nuevos permisos.
Por efecto de los cambios y retrasos que ha habido en el desarrollo de la línea de transmisión, la empresa también ha tenido impactos en los recursos destinados para la construcción. Garay destacó que si bien el avance constructivo es de 18,3% y con los permisos y otras labores el avance alcance 54%, la inversión ya ronda los US$145 millones.
Con los cambios que hay que hacer, en total esperan que se requiera de US$293 millones. Una vez logren el visto bueno de las entidades y de las comunidades, el avance sería relativamente rápido y la obra podría entregarse, puesto que los materiales están listos.
Las preocupaciones de las comunidades aledañas a la obra
Las comunidades han manifestado una serie de preocupaciones a la compañía; una de ellas está relacionada con el reasentamiento de algunas viviendas. Hasta el momento se han realizado 20 y la empresa asegura que las condiciones de los habitantes han mejorado. Con respecto a los cuerpos de agua, otra de las dudas, la compañía asegura que al ser superficial las torres no impactan los cuerpos subterráneos y se respetan las normas establecidas para los manantiales y ríos.
Con respecto a la flora y fauna, destacan que se hacen pocas talas y la flora afectada se recupera y para los animales se hacen planes para evitar impactos en la migración. Con respecto al Bosque de Niebla, una reserva por donde pasan algunas torres, dicen que solo 7 torres pasan por él y solo se toca 0,7% del área del bosque, evitando grandes efectos.