Fecha: 18/Mar/2022
Fuente: https://www.semana.com/
La A es una vitamina liposoluble que el cuerpo adquiere a través de los alimentos y ayuda a mantener en buen estado la visión, el sistema inmunológico y la capacidad de reproducción. También aporta beneficios para el corazón, los pulmones y los riñones, entre otros órganos.
La Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos explica que esta vitamina se divide en dos tipos: la vitamina A preformada, que se encuentra en productos de origen animal como carne de res, pescado, aves y productos lácteos, y la provitamina A, contenida en frutas y verduras. El tipo más común de esta provitamina es el betacaroteno, el cual tiene efectos antioxidantes.
Una de las funciones más importantes de esta vitamina está relacionada con la visión. “Para ver todo el espectro de luz, el ojo tiene que producir ciertos pigmentos para que la retina funcione correctamente. La deficiencia de vitamina A impide la producción de estos pigmentos, lo que ocasiona ceguera nocturna”, precisa la Academia Americana de Oftalmología.
El ojo también necesita vitamina A para nutrir otras partes como la córnea. Adicionalmente, sin esta vitamina estos órganos no pueden producir suficiente humedad para mantenerse lubricados.
De acuerdo con la mencionada institución, la deficiencia de vitamina A es la principal causa de ceguera evitable en los niños en el mundo. Se calcula que entre 250.000 y 500.000 menores se quedan ciegos cada año por esta causa.
En mujeres embarazadas y en período de lactancia, la deficiencia de vitamina A causa ceguera nocturna y puede contribuir a mortalidad materna debido a daños generados al sistema inmunológico. Esto aumenta la probabilidad de morir de malaria, sarampión y diarrea.
Son diversos los grupos poblacionales que tienen riesgo de enfrentar una deficiencia de esta vitamina. Por un lado, las personas expuestas a altos niveles de desnutrición y enfermedades infecciosas como el sarampión y niños pequeños y mujeres embarazadas en países de bajos ingresos.
Los expertos también indican que esta deficiencia se puede presentar en quienes padecen de enfermedades del hígado y el páncreas o aquellas que se han practicado una cirugía bariátrica.
¿Cuáles son los síntomas?
El principal síntoma de la deficiencia de vitamina A es la pérdida de visión y la ceguera. Normalmente la pérdida de visión comienza como un problema de adaptación para ver en la oscuridad, o ceguera nocturna, lo que impide que los pacientes vean bien en la oscuridad, aunque puedan hacerlo normalmente cuando hay suficiente luz.
Al agravarse la falta de esta vitamina, la conjuntiva, es decir, el recubrimiento de la parte blanca del ojo que ayuda a lubricarlo se seca. Luego aparecen úlceras en la córnea, que si no se tratan de manera oportuna pueden conducir a la pérdida de visión y ceguera.
Además de ser indispensable para el buen funcionamiento de la visión, la vitamina A ayuda a la formación y al mantenimiento de dientes, tejidos blandos y óseos, membranas mucosas y a mantener la piel sana.
Según información del portal Cuidate Plus, la vitamina A se encuentra en una amplia variedad de alimentos, entre ellos:
– Hortalizas de hoja verde; frutas, especialmente las verdes, naranjas o amarillas, como el melón o el mango, y verduras como el brócoli, zanahoria y calabacín.
– Productos lácteos.
– Carnes de res y de ave: el hígado de vaca o de pollo tienen una cantidad elevada, por ejemplo.
– Algunos tipos de pescado, como el salmón o el bacalao.
– Cereales fortificados.
También puede obtenerse mediante suplementos vitamínicos. Los más frecuentes son el acetato de retinilo, el palmitato de retinilo, el betacaroteno o las combinaciones de vitamina A preformada y provitamina A.
Hay algunas personas con ciertas condiciones que pueden necesitar un suplemento adicional de esta vitamina como, por ejemplo, los bebés prematuros, que suelen mostrar bajos niveles durante el primer año de vida.
También es muy importante para quienes padecen de fibrosis quística, ya que la vitamina A favorece la recuperación del tratamiento de los problemas intestinales que causan la enfermedad, y los celiacos, ya que al tener problemas de absorción de grasas es posible que no asimilen la cantidad mínima necesaria.
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